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Los huevos

Y yo no paro de batir huevos y tú, de levantarme la falda. Así, nunca podremos hacer una buena tortilla

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No todo es sexo

También es posible que hoy sólo me apetezca mirarte. Sentarme a tu lado y apoyarme en tu hombro, mientras me abrazas y me acaricias la palma de mi mano. Me relaja sentir tu respiración y saber que estamos así, unidos por algo más que un sofá.

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Cuando cae la noche

Las sombras aparecen a mi alrededor mientras floto en medio de mi cama. No sé de dónde vienen, pero son oscuras y me rozan desde las puntas de mis dedos hasta el centro de mi cuerpo. No me puedo mover, me han atrapado y no sé en qué momento, la oscuridad de mis deseos me llevó a descubrir la claridad del alba.

La vuelta

El otoño ha traído el frío, pero aún no se me ha olvidado el roce al introducir mis dedos en la arena, el olor a sal sobre tu cuerpo aquel día, cuando nos quedamos atrapados en esa cala y entre olas, nadamos sobre nuestros cuerpos. Tú insististe y yo, oí el canto de una sirena.