He salido del trabajo y ahí estás, como cada día, sentado
en frente de mí. Siempre me miras a los ojos y siempre me sacude un escalofrío
por la espalda. Nunca dices nada. Pero cuando apoyas la mano en tu rodilla,
siento que es la mía y que suavemente, te inmiscuyes entre mis muslos. El
vaivén del metro nos acompaña, pero tú, no dices nada.
Hay mucha sensualidad en el transporte urbano ...
ResponderEliminarCierto es y mientras que sea sensualidad y no voyeurismo barato, keep calm and relax
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