Al lado del lago hemos puesto una manta para protegernos
de los guijarros. Tumbados de la mano miramos al cielo azul. Tu vestido blanco
se transparenta, dejando al trasluz tu inocencia. Yo ya no quiero ver más, por
no romper tu hechizo y tu magia, que guardaré siempre, en mi corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario