Ya hemos comido todo el marisco que nos cabía en el
cuerpo, ya hemos bebido todo el alcohol que soportaban nuestras neuronas. ¿Qué
nos queda por hacer, hoy, que es año nuevo? Creo que lo mejor será que me
deleites con tu ropa interior roja y que observes, cara a cara, el reto que
tienes por delante: regalarme trescientos sesenta y cinco orgasmos, mínimo.
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